ARTICULOS
79.- Cervantes J., Rojas G., Baquera J., Ortíz C., Lezama M.
Apendicitis después de Apendicectomía por Laparoscopía: Informe de un Paciente.
Cirujano General 2002; 24: 151-154.
Objetivo: Describir el caso de una paciente con apendicitis residual después de apendicectomía por laparoscopia.
Sede: Hospital de tercer nivel de atención.
Descripción del caso: Mujer de 55 años que acudió al hospital con un cuadro de dolor abdominal agudo localizado en la fosa iliaca derecha cinco meses después de apendicectomía laparoscópica. La tomografía computarizada de abdomen reveló una masa cecal con importante reducción del lumen del ciego. A la exploración quirúrgica se encontró un plastrón en el ciego, que fue resecado, se realizó anastomosis de íleon a colon ascendente con engrapadora. El patólogo describió un proceso inflamatorio agudo y crónico con un remanente apendicular de 3 cm de longitud. La paciente se recuperó satisfactoriamente y abandonó el hospital cuatro días después.
Conclusión: Este tipo de caso debe alertar al cirujano que resuelve apendicitis por vía laparoscópica, para ser cuidadoso en la identificación de la base del apéndice para ser resecado completamente.
78.- Rojas G., Cervantes J., Reyes E., Monserrat H., Ramírez O., Chiapa M., Rubio R.
Insuficiencia Arterial Embólica Aguda.
Rev Mex Angiol 2002; 30: 7 – 10.
Resumen: Presentamos nuestra experiencia en el Hospital ABC, de enero de 1992 a junio del 2000, con 70 pacientes (38 Fem. y 32 Masc.), con edad promedio de 69 años, que requirieron 71 embolectomías por insuficiencia arterial aguda.
Factores de riesgo: Tabaquismo 39 (55.71%), hipertensión arterial 26 (37.14%), coronariopatía 22 (31.43%), arritmias 21 (30%), neumopatía 10 (14.29%), uso de estrógenos tres (4.29%) y obesidad mórbida uno (1.43%). El 78.56% presentaba riesgo anestésico (ASA) clase II-III. Veintiún pacientes (30%) estaban bajo anticoagulación oral.
Sitio de embolización arterial: Femoral 38 (53.52%), poplítea 11 (15.49%), humeral 10 (14.08%), aorta terminal 7 (9.85%), subclavia 2 (2.81%), tibial 1 (1.40%), axilar 1 y cubital 1. Valoración preoperatoria: Arteriografía 33 (47.14%), eco-Doppler 17 (24.29%), ecocardiograma 14 (20%) y TAC 1 (4.3%). Se practicaron 71 embolectomías, de las cuales 9 casos (12.67%) requirieron derivación arterial: Carótido-braquial dos (2.81%), femoro-poplítea 2, femoro-tibial 2, femoro-femoral 1 (1.40%), ilio-femoral 1 y aorto-bi-iliaca 1. Mortalidad operatoria 9 pacientes (12.86%): Sepsis 3 (4.28%), IAM 3, ACV 2 (2.85%) y STDA 1 (1.42%). Morbilidad operatoria 19 pacientes (27.14%): Hematoma de herida 8 (11.42%), síndrome compartamental 4 (5.71%), embolización a SNC 3 (4.28%), celulitis 1 (1.42%) y STDA 1. Cinco pacientes (7.14%) requirieron amputación mayor. La estancia hospitalaria promedio fue de 6 días.
Conclusiones: Los resultados de esta serie de embolectomías por insuficiencia arterial embólica aguda, con pacientes cuya edad promedio fue la 7a década de la vida, con ASA II-III en 78.56% de los casos, muestran tanto baja mortalidad (12.86%) como frecuencia de amputaciones mayores (7.14%).
Se trató quirúrgicamente, primero con abordaje laparoscópico que se convirtió a cirugía abierta por dificultad técnica, se realizó colecistectomía parcial con resección del trayecto fistuloso. Actualmente se encuentra asintomática.
Conclusión: La fístula colecisto-cutánea espontánea debe sospecharse por las características del cuadro clínico y la presencia de un orificio en la región sub-costal derecha.
77.- Rojas G., Gómez C., Weisser F., Chousleb A., Cervantes J., Ochoa J., Galeazzi V.
Fistula Colecisto Cutánea Espontánea.
Informe de un Paciente.
Cirujano General 2002; 24: 53-56.
Objetivo: Comunicar el caso de una paciente con fístula colecisto-cutánea espontánea, secundaria a colecistolitiasis crónica.
Sede: Hospital de tercer nivel de atención.
Descripción del caso: Mujer de 85 años de edad con cuadro clínico de dolor abdominal de dos años de evolución, localizado a hipocondrio derecho, con salida de material purulento de color amarillo-verdoso a través de un orificio de aproximadamente 1 mm, situado en la región sub-costal derecha; recibió tratamiento con antimicrobianos con lo que cicatrizó el orificio y cesó el drenaje del material purulento. Dos semanas antes de su internamiento volvió a reaparecer la sintomatología de dolor y la apertura del orificio.
76.- Cervantes J., Chousleb A., Rojas G., Kleinfinger S.
Emergency Laparoscopic Cholecystectomy in a Patient with a large Abdominal
Aortic Aneurysm.
Int J Surg Sci 2001; 8: 609-611.
75.- Rojas G., Klériga E., Cervantes J., Stoopen E., Ochoa R., Valdés J., Collado M.A., Álvarez Reséndiz G.
Enfermedad Cerebrovascular.
12 Años de Experiencia en el Tratamiento Quirúrgico de la Obstrucción Carotídea.
Cir Ciruj 2001; 69: 249-254.
Introducción: Se consideró prudente revisar el tema y la casuística de doce años por los autores en pacientes con infarto cerebral por enfermedad carotídea, por la elevada morbilidad y mortalidad, así como la frecuencia de secuelas incapacitantes.
Material y método: Presentamos nuestra experiencia en el Hospital ABC de junio de 1988 a junio del 2000, en el tratamiento quirúrgico de la obstrucción carotídea en 63 pacientes (33 Fem. y 30 Masc.), con edad promedio de 70 años, que requirieron 68 endarterectomías. Sus factores de riesgo incluían: hipertensión arterial 40 pacientes (63%), tabaquismo 40 (63%), cardiopatía isquémica 22 (35%), neumopatía 12 (19%) y diabetes m. 10 (16%). Fueron 40 endarterectomías izquierdas y 28 derechas; 61 por estenosis sintomática y 7 asintomáticas. Los principales síntomas fueron: ataques de isquemia cerebral transitoria 39 (63.9%), infarto cerebral previo 13 (21.31%) y amaurosis fugax 9 (14.75%). El porcentaje promedio de estenosis en las lesiones sintomáticas fue de 86.47% y en las asintomáticas de 82%.
Resultados: Todos los pacientes fueron operados bajo anestesia general endotraqueal, con protección cerebral farmacológica, monitorización electroencefalográfica y de potenciales evocados somatosensoriales. Nueve casos (13.23%) requirieron la colocación de una derivación (shunt) transoperatoria. El tiempo promedio de pinzamiento carotídeo fue en los pacientes sin derivación 35.8 minutos y con derivación 4 minutos. Siete casos (10.29%), todos del sexo femenino, requirieron arteriorrafia con parche; 4 con dacrón, 2 con PTFE y 1 con vena safena. El tiempo promedio de cirugía fue de 2 horas 37 minutos. Mortalidad operatoria 1 caso (1.47%) por fibrilación ventricular secundaria a infarto agudo del miocardio. Morbilidad neurológica central 1 caso (1.47%). Morbilidad neurológica periférica 2 casos (2.94%) por lesión neuropráxica del recurrente laríngeo y del facial con recuperación completa. Morbilidad no neurológica 9 casos (13.23%): HTA postoperatoria 4, hipotensión arterial postoperatoria 3, hematoma 1 e IAM 1.
74.- Cervantes J., Rojas G.
Choledocholithiasis: New Approach To An Old Problem.
World J Surg 2001; 25: 1270-1272.
Resume: The old problem of diagnosis and treatment of choledocholithiasis is analyzed in light of recent developments in the field of radiology and surgery. The traditional indications for common bile duct (CBD) exploration resulted in a large number of unnecessary manipulations of the bile ducts. The same is now true of the widespread use of endoscopic retrograde cholangiopancreatography. With the advent of magnetic resonance imaging cholangiography, which can clearly demonstrate CBD calculi by means of a noninvasive, complication-free technology, we should abandon the old indications for CBD exploration and be more conservative regarding the diagnosis and management of this condition. In an era of minimally invasive surgery we are seeing a significant reduction in the number of patients with choledocholithiasis.
73.- Cervantes J., Rojas G., Flores C.
Hernioplastía Inguinal con el uso de Cono y Malla de Polipropileno.
Experiencia Inicial.
Cir Ciruj 2001; 69: 109-112.
Resumen: Se presenta la experiencia inicial con el uso del cono y malla de polipropileno para la hernioplastía inguinal. Se trató de 86 pacientes operados en un periodo de 3 1/2 años. De los pacientes 33.8% fue tratado en la Unidad de Cirugía Ambulatoria. Se utilizó anestesia local en 8 (9.3%), epidural en 63 (73.2%) y general en 15 (17.4%). Hubo tres complicaciones menores. Un paciente a quien además de hernioplastía inguinal bilateral se le resecó un quiste del epidídimo y varicocele izquierdo presentó retracción testicular y requirió revisión por urólogo. No se han detectado recurrencias. El procedimiento es sencillo, bien tolerado, con un costo moderado. En el corto tiempo de seguimiento no se han detectado recurrencias.
72.- Cervantes J., Rojas G.
El Mito de los Cálculos Inocentes.
Cir Ciruj 2001; 69: 92-96.
Resumen: Los cálculos de la vesícula y sus complicaciones se conocen desde la antigüedad. Se sabe que, en los pacientes con colelitiasis, si se dejan sin tratamiento, el potencial para desarrollar problemas graves aumenta con la edad y con los padecimientos asociados. La cirugía de vesícula y vías biliares, que a principios del siglo se acompañaba de cifras considerables de morbilidad y mortalidad, ha evolucionado de tal manera que ahora con la cirugía laparoscópica se puede efectuar esta cirugía sin mortalidad y con escasa o nula morbilidad. Proponer la cirugía temprana en el paciente con enfermedad vesicular indudablemente es mejor que esperar a que surjan complicaciones. Una vesícula con cálculos es una vesícula enferma y, por lo tanto, requiere tratamiento oportuno. Se cuestiona el hecho de la llamada cirugía profiláctica que sería antes de que la vesícula tuviera cálculos, así como el mito de los llamados cálculos “inocentes”, que como se ha demostrado desde hace mucho, no tienen nada de inocentes.
71.- Cervantes J., Rojas G., García R., Baquera J., Ortíz C., Manzano F., Lezama M.
Resección de Adenoma Paratiroideo Ectópico Retroesternal con Técnica de Invasión Mínima Radio- Guiada.
Informe De Un Caso.
Cirujano General, 2001; 23: 105-108.
Objetivo: Informar del uso del detector de rayos gamma para localizar y resecar con técnica de invasión mínima un adenoma paratiroideo ectópico localizado en el mediastino anterior y superior.
Sede: Hospital de tercer nivel de atención.
Descripción del paciente: Mujer de 75 años, con sintomatología poco sistematizada; la exploración física fue normal, se realizaron diversas pruebas de laboratorio (bioquímicas), resultando todas normales excepto el calcio sérico que fue de 13.1 (normal de 8.5 a 10 mg) y el fósforo que resultó de 1.8 mg (normal de 2.5 a 4.6 mg); la determinación de tomografía (PTH) sérica mostró cifras elevadas: PTH de 121 pg/ml (normal de 10 a 65), PTHC-Terminal de 815 pg/ml (normal de 70 a 270). El estudio de medicina nuclear reveló una lesión hipercaptante en mediastino anterior y superior; la tomografía computarizada de cuello resultó normal y una tomografía de tórax confirmó la presencia de posible adenoma en el mediastino anterior y superior. Con la ayuda del radio detector de rayos gamma (Neoprobe 2000) se localizó el adenoma adherido al cuerno superior izquierdo del timo y medía 2 cm. Fue resecado. En el posoperatorio inmediato la determinación de PTH bajó a 31 pg/ml y el calcio sérico a 10.1 mg. Tres semanas después de la operación sus cifras de calcio y fósforo eran de 9.4 mg y 3.4 mg, respectivamente. El informe de histopatología fue: “adenoma paratiroideo sin evidencia de malignidad y tres ganglios linfáticos con hiperplasia sinusoidal”.
Conclusión: La cirugía por mínima invasión en hiperparatiroidismo primario mediante detección radio-guiada es un procedimiento quirúrgico seguro.
70.- Cervantes J., Rojas G., Anton J.
Colecistectomía.
Análisis de la Experiencia Personal 5 años antes y 5 después de la Cirugía Laparoscópica.
Rev Colomb Cir 2000; 15: 17-21.
Resumen: Se analiza la experiencia de los autores en cirugía de vesícula y vías biliares en dos períodos de 5 años, antes y después del advenimiento de la colecistectomía laparoscópica y se observa que el número total de intervenciones aumentó en un 30.09%, disminuyó en forma importante el número de cirugías de urgencias, de colangiografías transoperatorias y de exploraciones de las vías biliares, y se acortó considerablemente el número de días de hospitalización. En tiempo operatorio, edad, sexo, no hubo diferencias. Las complicaciones disminuyeron del 4.86% en la cirugía tradicional al 3.06% en la cirugía laparoscópica. No se observó mortalidad en las dos series. Se concluye que la cirugía laparoscópica ha cambiado radicalmente la manera de tratar la patología de vesícula y vías biliares, beneficiando al paciente con todas las innumerables ventajas de la cirugía de invasión mínima.